Llevo un año soltera y he reflexionado sobre ello. Me he dado cuenta que el ser soltera cuando
estaba entre los 20’s es completamente distinto a ser soltera después de los
30’s.
La diferencia es que a los 20’s lo único que uno piensa es en estudiar y fiestar
y no precisamente en ese orden. Además
en los 20’s uno está descubriendo y experimentando varias cosas por primera
vez: beber hasta intoxicarte, pasar la
noche en la casa de un chico o un motel, comprar un carro, tener un trabajo,
viajar, divertirte, etc. En cambio
después de los 30’s ya tienes la experiencia en todo eso y más.
A los 20’s aceptamos a cualquier tipo que se nos acerque (que esté más o menos
de nuestros gustos) para que nos bese o que comparta nuestra cama porque lo que
queremos es experimentar. Yo recuerdo
haber despertado después de una noche de mucha bebida y fiesta y darme el susto
de sentir un cuerpo a la par mía. A
veces estaba en otro lugar que no era mi casa y ni siquiera quería verle el
rostro al chico, así que salía de puntillas con mi ropa en la mano, casi
huyendo. Otras veces el chico estaba en
mi cama. ¿Quién era? ¿Cómo sacarlo? Lo bueno era que cuando el chico despertaba
era un chico guapo. Me felicitaba a mí
misma por tener tan buenos gustos. Así
de errática era mi vida en ese entonces.
A los 20’s conocemos chicos en cualquier lugar, es más: nos abundan. En la Universidad, en la discoteca, en la
boda de la prima, en la calle, en la finca del tío Lencho ¡uf! En una infinidad
de lugares. Nos sentimos reinas del
mundo ya que todos quieren con nosotras.
También hay hombres mayores que nos andan acosando. Nos prometen el cielo y la tierra. Algunos más jóvenes que nosotras también nos
buscan.
A veces nos damos un topón: el chico es raro, o posesivo, o tiene alguna
manía, o no es lo que creemos. Entonces
vienen los arrepentimientos y en algunas ocasiones a veces hasta asco. Y así vamos a los 20’s besando más sapos que
hombres que valgan la pena. Más de
alguna de nosotras hemos tenido un novio abusivo, celoso, posesivo, pusilánime,
que no supiera besar, que no supiera hacer el amor, etc. Por la falta de
experiencia lo aceptábamos todo o por no saber cómo decir no o como decirle
adiós a esa persona.
A los 30’s la cosa es completamente diferente: con intercambio de palabras
o mensajes electrónicos ya sabemos qué tipo de persona es ese chico o sabemos
con antelación qué quiere y si nos conviene.
Podemos categorizar a los chicos entre los que son potentes candidatos
para ser novios, los que sólo quieren sexo y los que no valen la pena para
nada. También podemos decidir qué es lo
que queremos: pasarla bien o un noviazgo.
Después de los 30’s la cantidad de chicos que anda detrás de nosotras es mucho menos que en los 20’s (en especial en los últimos años, ya llegando a los 40’s).
Somos cautelosas de dónde conocemos al chico: sabemos que al conocerlo en
un bar o discoteca no será el hombre de nuestra vida (porque nuestros sentidos
estaban distorsionados con el alcohol al conocerlo). También la manera de conocer chicos ha
cambiado en los últimos años. Ahora se
puede conectar uno con chicos por la internet en distintas páginas. Esta es la manera más eficaz para una chica
moderna de más de 30 años. Pero uno
tiene que saber qué páginas y para qué propósito.
Cuando en los 20’s uno se metía con cualquier chico: alto, bajo, rubio, moreno, gordo, flaco,
etc. a los 30”s tenemos los gustos más
definidos: Sólo altos, sólo delgados,
nadie de determinada cultura, nadie que sea vegetariano, etc. También sabemos qué cualidades queremos en él
y qué defectos definitivamente no podemos tolerar o vivir con ellos.
A los 30’s ya no creemos en el príncipe azul, más sin embargo tampoco
queremos alguien solo para llenar nuestras noches solitarias, con algunas
excepciones (hay chicas en los 30’s que por no estar solas aceptan a quien sea
porque sienten que se les va el tren).
Yo en lo personal, no quiero estar con cualquiera, quiero estar con un
chico que llene ciertas cualidades y con el que yo sepa que voy a ser
feliz. Ya no quiero chicos celosos,
posesivos, mentirosos o inseguros de sí mismos. Quiero alguien que me rete intelectualmente
y que me trate con igualdad, respeto y amor. No me importa la nacionalidad pero si alguien
que aunque sea de diferente cultura comprenda y acepte la mía. También quiero a alguien que haya viajado y
que le guste viajar tanto como a mí. Cuando estaba entre los 20’s mis
requisitos eran que tuviera lindos ojos y un cuerpo atlético.
El gran problema que tenemos las que estamos en los 30’s es que la mayoría
de los hombres que tienen los requisitos deseados ya están con alguien. Los pocos sueltos que están por ahí, o están
sin ganas de tener una relación o no llenan los requisitos. Eso hace nuestra búsqueda más extensa
todavía.
A muchas de nosotras se nos hace fácil estar solas y podemos estar así por
mucho tiempo pero a otras no.
Especialmente porque tenemos a nuestra familia y amigos (que de paso
todos tienen pareja) acosándonos y diciéndonos que se nos está yendo el tren (¿y
se creen que no lo sabemos?) que a lo mejor ya no podremos tener hijos (si,
también sabemos de anatomía) y que el chico que ha estado cortejándonos es un
buen partido para nosotros (¿sabías que le huele los pies?) así que sentimos
una gran presión en nuestros hombros de encontrar el hombre ideal. Otras chicas simplemente no pueden estar
solas. Nunca lo han estado y se sienten
perdidas o fracasadas por estarlo.
Yo soy de la opinión que tarde o temprano encontraremos el hombre que llene
los requisitos y nos haga sentir mariposas en el estómago de nuevo. Pero la búsqueda no será fácil. Pasarán meses y a lo mejor años antes de
encontrarlo. Hace poco una amiga mía me
contó que estaba con el chico que estaba porque no quería estar sola pero que
en realidad él no era lo que ella quería.
¿Seremos capaces de hacernos eso a nosotras mismas? Yo no podría.
Porque en lo que pierdo el tiempo con alguien que no vale la pena a lo
mejor el hombre de mi vida está pasando enfrente pero me ve ocupada. Mejor me espero y tengo paciencia.
Así que no nos queda de otra que aceptar que la soltería a los 30’s es más difícil
y a lo mejor será larga, pero al final la recompensa será grande: encontraremos
al hombre que hemos esperado toda la vida.
A los 30 ya se ha aprendido que es mejor estar sola q mal acompañada.
ResponderBorrarLa verdad que al leer tu relato me recordo el estilo de Sex and teh City y con esa misma voz me sono , mucho de lo que dices es logico por certeza y logica, eso a veces se aplica tambien en el varon , siendo un poco mas dificil , ya que a esta edad , las persoans qeu solemos hallar son chicas bonitas pero sin ningun reto intelectual , personas jovenes mas en busca de un papa que de una relacion , y muchas veces las personas que son honradas se hallan con muchachas o mujeres que son mas de temer que de aceptar , he leido y aceptdo que en este mundo nadie es perfecto pero muchas veces nos damos cuenta del horror , como una refinada maquina , despues de los 30 quedan los casos mas extremos , ya sea mujeres con una personalidad conciente de si mismas o mujeres que quisieramos pensar dos veces antes de acercarnos ..
ResponderBorrarAunque tambien habemos varones que como mencionaste ..somos de un grupo escatologico apartado , ya sea por nuestras manias, apariencia , forma de pensar y vivir que no entran dentro de lo culturalmente aceptable en la sociedad ....pero eso igual pasa con las mujeres despues de esa edad ..
Supongo que eso de "ver el ama y no el cuerpo" solo es aceptable hasta cierto grado a veces el alma supera al cuerpo en fealdad :) y otras veces ..no es la belleza qeu se busca ..a los treinta nos damos el tiempo de buscar con certeza lo que se puede realmente esperar ..
A veces sabemos estas cosas por lógica pero no estamos realmente conciente de ello hasta que alguien no lo expone para meditarlo.
BorrarGracias por darme tu punto de vista como un hombre soltero y en los 30's. Yo puedo escribir desde el punto de vista de la mujer pero no del hombre asi que me parece muy interesante tu comentario.
Como dices, eso de "ver el alma y no el cuerpo" si es hasta cierto punto real porque la gente se va mas por las apariencias que por lo que la persona puede ofrecer. Son muy pocas personas que pueden ver más allá y deleitarse con la belleza interior.
Gracias por leerme.
Saludos,
Silvia