martes, 27 de enero de 2015

Incursionando en las grandes ligas!




Mis estimados lectores:

Como lo anunciara el año pasado, este año venían sorpresas para los lectores de este blog.   La primera sorpresa se dio la semana pasada cuando fuera publicada en Nomada.gt.

Hace varios años yo leía el blog de Martin Rodrigo Pellecer quién es un bloguero de Guatemala que escribe más que nada de política en mi país.  Me gusta como escribe:  Consciso y directo.  Hace como tres años empezó a ser el director de Plaza Pública.   El no tiene ni idea de cuánto lo he leído ni cuanto lo admiro.   En Plaza Pública han escrito otros escritores a quienes yo admiro como Julio PradoJuan Carlos Llorca (QDEP) y Julio Aziz.

Por razones que aquí no vale la pena explicar, Martin se salió de Plaza Pública y fundó su propia revista digital que es Nómada.  Nómada es una página de periodismo independiente.  Como se lee en "Quiénes Somos" de la página:
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"En Nómada creemos en el futuro. Por eso hacemos periodismo de vanguardia. Buscamos la verdad. Con transparencia. Procurando la justicia. Y lo queremos hacer con frescura, con rigor e iconoclasia, porque no estamos aquí para repetir los relatos del poder. Creemos en la estética. Y somos feministas, pues activamos por la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Inspirados en muchos otros periodistas y medios, queremos hacerlo mejor y que nuestra sociedad tenga más herramientas para ser plena y feliz."

Yo he estado leyendo Nómada desde que empezó y me llamó la atención que es lo más atrevido que he leído en artículos de Guatemala.  Un día leí a una autora de la cuál me reservo el nombre sobre el sexo y sentí que yo podría brindar un poco más de experiencia y picardía al tema.   Le propuse a Martin escribir como una Cougar y a Martin le gustó la idea.  Después de dos meses de pláticas y comunicación al fin la semana pasada fui publicada en Nómada como escritora invitada con mi atrevida historia titulada El mito (comprobado) que las mujeres maduras somos unas cougar.

Hasta el momento he tenido algo asi como 130 "me gusta" en Facebook, 20 comentarios públicos y 7 comentarios en privado.  No sé cuántas visitas pero pronto lo averiguaré.  Si llego a gustar con esta primera publicación es muy probable que me inviten a pulicar más historias.   Así que cruzo los dedos para que así sea.  Siento que al fin estoy incursionando en las grandes ligas ya que mi escrito está entre los autores de renombre en Guatemala.

He de decirles que es difícil escribir cuando se toma como pasatiempo y no es a tiempo completo como a mí me gustaría que fuera.  Es por eso que aunque tengo un trabajo formal, trato de escribir lo más que puedo porque me gustaria que la escritura fuera mi trabajo diario. 

Gracias por leerme, apoyarme y sobretodo tener fe en mí.   Sin ustedes no estaría donde me encuentro.

Un abrazo,

Kutz

miércoles, 7 de enero de 2015

Mi Navidad en Holanda como Soltera



Hace muchos años mis Navidades eran pasarla con la familia.  Recuerdo que yo pensaba que el árbol de Navidad se veía tan hermoso con tantos regalos por abrir. Mis primos y yo tratábamos de adivinar para quién era el regalo más grande o adivinar qué era ese regalo con la forma extraña.   Mis Navidades las pasaba rodeada de mi mamá, hermano, primos y tíos con mucha comida, oraciones, pláticas recordando a Jesús, visitando el pesebre de la suegra de mi tío, viendo las posadas navideñas, fuegos pirotécnicos, cohetes, mucho ruido pero sobre todo mucho amor.

Cuando estaba en mis 20’s las Navidades las pasaba con el respectivo novio y su familia, con amigos y sus familias y después de que me vine a vivir a Holanda la pasaba con mi ex novio holandés y su familia.

Hace dos años me quedé soltera y sigo viviendo en Holanda.  Como trabajo en contabilidad, no me puedo ir lejos para Navidad o Año Nuevo ya que a fin de año cerramos los libros contables así que es cuando más trabajo tengo.  Por esa razón tengo que quedarme en Holanda o lo más que puedo hacer es viajar a un lugar cercano de Holanda, en Europa y por pocos días.

Muchas personas me preguntan si no me pongo triste para la Navidad.  Más que ponerme triste me pongo nostálgica.  Como desearía no tener el trabajo que tengo o vivir más cerca de mi familia.   Pero tengo que aguantarme porque no puedo cambiar las circunstancias por el momento.

Así que tengo dos opciones: O me lamento y me deprimo o hago lo mejor que puedo para tener una buena Navidad.

Las opciones de una persona soltera en Navidad son infinitas: Siempre hay amigos que te invitan a hacer algo.  El año pasado tuve una Navidad con 10 personas latinas y me gustó mucho.  Fue lo más cercano que pude celebrar la Navidad como lo hacía antes.  Cocinamos pavo y otras cosas que comemos para Navidad en Latinoamérica.  La pasamos muy bien, riendo, comiendo y recordando viejas canciones de Navidad.

Este año tenía ganas de viajar.  Me compré un boleto a Lisboa.  Yo nunca he estado en Portugal y tenía muchas ganas de conocerlo.   Varios amigos portugueses coincidentemente estarían en Portugal y me dijeron que íbamos a juntarnos porque no querían que yo estuviera sola.

A mí me dijeron que tenía que pasar la Navidad en familia o con amigos, sin excepción, pero yo no creía que fuera necesario.  Por ser una persona soltera, independiente, que emigró a otro país y vive lejos de su familia hace años entonces yo ya sé lo que se siente celebrar sin familia o amigos varios acontecimientos (cumpleaños, graduaciones, etc.). Yo pensaba que pasar una Navidad sola no era ridículo, sino que era de valientes.  Me di cuenta lo equivocada que estaba para esta Navidad.

Estaba ya lista e ilusionada para viajar a Portugal y la línea aérea con la que me iba anunció que estarían en huelga del 27 al 30 de diciembre.  Yo tenía que regresar a Holanda el 28 de diciembre y no me podía arriesgar a quedarme más días por la responsabilidad de mi trabajo.  Así que tuve que cancelar el viaje.

Eso fue unos días antes de Navidad.  No tenía ninguna idea de qué hacer.  Estaba un poco deprimida por el hecho de no haber podido viajar así que tuve que pensar fuertemente en las dos opciones que tenía: lamentarme, deprimirme y tener una mala Navidad o hacer algo al respecto para tener una buena Navidad.

Puse esta frase en mi página de Facebook: “Lamentablemente mi vuelo a Lisboa para Navidad fue cancelado.  ¿Y ahora qué hago?” y esperé a ver las propuestas.   Las primeras eran propuestas imposibles: “Vente a Belice y la pasamos juntos”.  Unos minutos más tarde recibí mensajes interesantes en mi teléfono.  Dos chicas solteras -al igual que yo- sin poder estar con sus familias, querían pasar el 25 de diciembre conmigo.   Una chica que sí tiene novio, estaba sola el 24 de diciembre porque su novio había tenido que ir a Polonia a visitar a su familia.  Ella quería pasar el 24 de diciembre conmigo. Acepté las propuestas porque me di cuenta que no era la única persona con las mismas circunstancias. Después de esas propuestas recibí otras más.  Estaba encantada de ver como mis amigos querían que me uniera a ellos y no pasar la Navidad sola.

El 24 de diciembre la pasé con mi amiga Suiza llamada Mannon.  Es una chica de 26 años con mucha energía y ganas de vivir.  Pero ese día estaba cansada.  Había empezado un nuevo trabajo unos días antes y estaba mentalmente agotada.  Tuvimos una noche tranquila.  Ella cocinó y yo llevé un vino y el postre.   Estuvimos charlando de varias cosas y a eso de las 11:30 pm la vi bostezando y cerrando los ojos del sueño así que le dije que era mejor irme.

Cuando logré salir de la casa de Mannon eran las 12:05 am.   Tenía que ir en bicicleta 10 minutos desde la casa de ella a la mía.  Años atrás cuando pasaba la Navidad con mi familia en Guatemala, a las 12 en punto estaba lo que llamamos “la cohetería” y es que todos en la ciudad queman cohetes y otro tipo de fuegos pirotécnicos.  La Cohetería dura más o menos media hora.   A mí me gustaba quemar cohetes con mis primos y por lo regular estábamos afuera quemándolos.   Al entrar a casa nos dábamos el abrazo de Navidad con toda la familia y procedíamos a abrir los regalos.   Mi media noche del 2014 era totalmente distinta: iba en bicicleta por las calles silenciosas de Ámsterdam y con temperatura de 4 grados y viento fuerte.  No había casi nadie por la calle.  Parecía que todos los habitantes de la ciudad se habían ido a dormir temprano.  En un momento de descuido un chico sale de una calle corriendo, metí un frenazo en la bicicleta porque casi lo atropello y el chico voltea a verme muy contento y alza el brazo donde sostenía una botella de champán y me grita: “¡Es Navidad!  ¡Al fin es Navidad!” después del susto que me dio pasé a la risa.   Si hubiera sido cualquier otra cosa lo hubiera maltratado.

El 25 de diciembre me desperté temprano para hablar con mi familia por Skype.  No hacia eso en años pero esta vez lo quise hacer.  Fue alegre hablar con mi mamá hermano, primos y tíos, con los que solía pasar las Navidades hace muchos años.  Ellos todavía pasan las Navidades juntos ya que la mayoría vive en Utah.

Por la noche lo pasé un poco más alegre, fui a cenar con una amiga guatemalteca y una argentina a un restaurante italiano.  Después de darle mi número de teléfono al mesero que estaba guapo, fuimos a bailar a una discoteca.  El bailar me hizo bien,  había buena música y ambiente en el lugar.  Bebí lo más caro, era Navidad ¡Qué más daba!

Regresé a casa a las 5 de la mañana borracha y sola.  Y aunque estaba contenta por la noche que acababa de pasar por dentro me sentía deprimida.  ¿Qué me pasaba?  No comprendía porque la había pasado bien.

Al siguiente día me puse a analizar sobre lo que me sucedía y por qué me sentía deprimida.  Me di cuenta que llevo 10 años en los cuáles no puedo pasar la Navidad con mi familia por el trabajo.  Creo que eso es demasiado tiempo.  Veo que otra gente si puede ir en Navidad con sus familias.  Antes lo compensaba con pasarla con mi ex novio y su familia.  Quiera que no, yo formaba parte de su familia. Pero ahora no es así.  Estoy completamente sola en este lado del charco.

Creo que mientras más viejo más nostálgico se pone uno.   Yo soy una persona independiente y me gusta la soledad pero esta Navidad me di cuenta que por más independiente y solitario que uno sea siempre hace falta la familia.  Estuve haciendo una investigación y me di cuenta que todos los que estamos solos en otro país hemos llamado o hablado por Skype con nuestra familia para Navidad.  Eso nos hace sentirnos más cerca de ellos aunque estemos a miles de kilómetros de distancia. 

De los momentos de reflexión post Navidad tuve las siguientes conclusiones:

Tengo que cambiar de trabajo.  Quiero un trabajo que me permita viajar para Navidad para pasarla con mi familia.

Si tengo que pasar de nuevo acá en Navidad tengo que hacer una Navidad parecida a lo que tenía en Latinoamérica: cocinar, tener regalos, pasarla con amigos cercanos, a lo mejor traerme un miembro de mi familia para acá.  

Salir a una discoteca en Navidad no es satisfactorio.

Hablar con la familia por teléfono o por Skype para Navidad es esencial.


Es bueno ser independiente y solitaria pero no en Navidad.  Todos necesitamos el calor de nuestra familia y/o amigos para esa fecha tan especial.