Acá pueden leer la primera parte de Los hombres no siempre quieren hacer el amor
Nos fuimos de vacaciones a Guatemala y tuvimos que compartir con familia y
amigos de toda la vida. Un día él le
habló a uno de mis amigos de sus grandes deseos de ser padre y tener una familia
conmigo. Mi amigo me felicitó y me dijo
que era feliz por mí porque mi novio estaba tan enamorado de mí y quería
tenerlo todo conmigo. Ese mismo día mi abuela me dijo lo mismo. Eso me enfureció de una manera
incontrolable. ¿Cómo era posible que pudiera
engañar a mis amigos y familia de esa manera?
Y ahí caí en cuenta que me engañaba a mi prometiéndome que la cosa iba a
mejorar entre los dos, engañaba a sus amigos y familia pretendiendo que todo
estaba bien entre nosotros y ahora engañaba a mis amigos y familia pretendiendo
que era el hombre perfecto para mí y que estaba enamorado. Yo no podía vivir en un mundo de
pretensiones. Necesitaba vivir en un mundo real.
En ese momento decidí que no quería estar con un hombre así. Quería que tomara acción y no que pretendiera
tomarla. El problema era de él y se
estaba convirtiendo en mi problema también.
Al regresar de viaje tomé mis cosas y me marché de casa.
A él le sorprendió mucho mi partida pero tampoco hizo un gran esfuerzo por
hacerme recapacitar. A partir del día
que lo dejé pasé varias noches en vela llorándolo y añorándolo. Esta es la parte por la cual muchas mujeres
no toman el paso: porque se sabe que se sufrirá y que se vivirá muy triste sin
él y aunque uno lo ame no puede estar con esa persona. Pero creo que es necesario pasar ese período
que no es tan largo (máximo dos meses) para poder ver que en realidad hay una
mejor vida que la que dejamos. Yo empecé
a ir al gimnasio, salía con mis amigos y empecé a recuperar la seguridad en mi
misma. Poco a poquito me di cuenta que
sí era atractiva para otros chicos.
Después de tres meses yo me sentía muy bien conmigo misma, volví a ser
la que era antes y hasta mejor.
Pero un día él y yo coincidimos en una fiesta y él se desmoronó. Lloró y me dijo que me extrañaba, que no
podía vivir sin mí que quería dármelo todo.
Confieso que todavía lo amaba y quise darle otra oportunidad. Pero fui muy precavida, no quería irme de
boca y aunque no le puse condiciones él sabía exactamente que yo no estaba para
jugar más. Que o él cambiaba de actitud
de verdad o la cosa no iba a funcionar.
Los primeros tres o cuatro meses fueron fantásticos, parecía que de verdad
estaba entregado a la relación. Me ponía
atención, salíamos más como pareja y el principal problema -la falta de sexo-
parecía solucionado. Pero yo no estaba
convencida que ese cambio se haya dado solo así. Le daba tiempo al tiempo y aunque esperanzada
mi corazón me decía que no podía amar con la misma soltura que antes así que me
fui con cuidado.
Y paulatinamente empezó de nuevo la falta de atención, la falta de sexo, la
falta de ganas, las pretensiones. No
aguanté mucho, a los cinco meses de haber vuelto no tuve la paciencia para
darle una nueva oportunidad ni de ver como solucionar el problema. Ya no había por dónde. Este problema iba a seguir por los siglos de
los siglos.
Así que lo dejé. Y esa vez fue para
siempre.
Ahora tiene nueva novia y me pregunto si con ella también tendrá el
problema. Pero realmente no me
importa. Lo que nunca pude saber es por
qué sucedió, cómo empezó y qué hubiéramos podido hacer para solucionarlo. Siempre me quedaré con la duda.
Otra pregunta que todavía ronda por mi cabeza es el por qué por unos meses
él si podía tener relaciones y luego no.
¿era el tiempo que pasábamos juntos?
¿era el compromiso? ¿era la
rutina? No sé. Nunca lo lograré saber y yo creo que ninguna
mujer que dejó una relación así lo sabrá nunca.
Es un secreto guardado en el fondo del subconsciente del hombre al que
se deja.
Lo malo es que como es un tabú, algo de lo que no se habla o se sabe poco y
como se tiene la idea que los hombres siempre piensan en sexo y siempre lo
quieren hacer, cuando uno se topa con alguien que no quiere es bastante difícil
tocar el tema con la persona y que esa persona se abra y diga que es lo que
realmente le sucede.
En mi caso yo era la que quería solucionarlo todo y él no. El pretendía que
todo estaba bien y ese fue su mecanismo de defensa. Lamentablemente cuando uno vive en pareja y
se tiene un problema de esa magnitud, el problema se tiene que resolver en
pareja, poniendo los dos de su parte para lograrlo.
Mis consejos para las mujeres que están viviendo con un hombre así en estos
momentos es lo siguiente:
No eres la única. Según he chequeado
por la internet le sucede a 40% de los hombres.
¡Cuarenta por ciento! O sea que
casi a la mitad de los hombres.
Estoy segura que ya pasaste la fase de buscar en su correo, teléfono,
Facebook, Twitter y no encontraste nada.
Dicen que esto no se debería de hacer pero no te puedo decir que no lo
hagas porque comprendo como te sientes de insegura. Es normal.
Aconsejo que hables con él a conciencia del problema usando palabras
suaves, sin acusaciones y siendo bien honesta con él, de los sentimientos que
provocan en ti y de que hay que buscar la solución al problema. Los dos tienen que buscar cuál es la mejor
solución, no solo tú. No le impongas nada. Deja que parezca que de él salen las ideas
para mejorar. La comunicación es la clave de todo.
Yo cometí el grave error de obsesionarme con el tema y tocárselo cada dos o
tres semanas. Luego a la hora de hacer
el amor para él era como una obligación y le creó una especie de inseguridad. Pero eso él me lo confesó después de que
termináramos la segunda vez. Aconsejo
que se hable del tema una vez y se busque la solución y que los dos pongan de
su parte para encontrar la solución. Yo
como soy muy desesperada ponía fechas límites y eso no ayudó en nada a resolver
el problema. Pero mi desesperación fue
porque él no ponía de su parte.
Ambos cometimos el error de en lugar de buscar estar juntos y probar
resolver el problema, pasábamos más tiempo separados y así procurábamos no
pensar en ello o no enfrentarnos a ello.
Aconsejo que salgan a comer, que se vayan un fin de semana a otra
ciudad, que hagan alguna actividad juntos.
Eso los unirá y hará que les de mas fuerza para luchar por su amor.
Para finalizar, las mujeres sabemos cuando un hombre nos engaña con otra
mujer. Tenemos un sexto sentido que nos
alerta. No dejes que tu amor o tu miedo te haga seguir con ese hombre. Si te
es infiel, no vale la pena continuar con él.
Es mejor llorar por un par de meses que llorar toda una vida. Respétate a ti misma para que te respeten.
Y último consejo: Si no puedes más, si ya no te reconoces a ti misma, salte
de la relación y encuéntrate de nuevo.
Te sorprenderás la persona fuerte y admirable que eres y además lo
atractiva que eres para otros hombres más interesantes que tu ex.
Links de interés:
En Inglés:
Supongo que la diferencia hombres/mujeres al final es una cuestión de matices (lo mismo puede suceder en el caso contrario al ejemplo que pones).
ResponderBorrarPero es cierto que es muy interesante leerlo desde una perspectiva distinta (en este caso desde el lado de una mujer).
Buen post: gracias por compartirlo.
Paquito.