jueves, 30 de agosto de 2012

El Mandilón


Significado de Mandilón: Termino muy relativo que se aplica a los hombres que son manipulados por su mujer, dejados, faltos de carácter y agallas, hombres débiles.

En Guatemala Mandilón significa:  que anda con la mujer por todos lados, que hace lo que la mujer quiere, que es sumiso y abnegado, que la mujer lo manipula, que deja de estar con sus amigos por estar con la mujer.  Que no tiene personalidad propia y adapta la de la mujer.




Que pena le dio a Amanda.  Que pena.  Patricio era un chico guapo, atlético, agradable, gracioso, atractivo.  Pero carecía de autoestima y sentido común.  Por eso era un mandilón.

Dejaba que su mujer lo mandara.  Le dijera lo que hacer, como hacerlo, por qué hacerlo.  Le hiciera ver que ella era la única que sabía lo que era mejor para él. 

Ella le decía como vestirse, como comportarse, a donde ir, a donde no ir, con quién hablar y con quién no hablar.  Lo había encerrado en una burbuja en la que solo existía ella, él y sus dos hermosos hijos.  No cabía más en ese mundo perfecto para ella.  A la vista de todos, todo era armonía y alegría, pero él muy en el fondo sabía que eso no era verdad.  Aun así carecía de las fuerzas para quejarse, para realizar sus sueños, para quebrar las reglas y las estructuras impuestas por ella y simplemente tener una vida diferente o la vida que siempre quiso.

Pasaron varios años así en la falsedad de la alegría compartida hasta que un día todo se derrumbó: Ella se había ido de viaje por tres semanas a su país natal y al regresar estaba muy fría con él.  Con el pasar de los días él empezó a ver cambios en ella como esconderse para hablar por teléfono, o que se encerraba en el baño por mucho tiempo y al salir del baño, estaba extraña.  A veces se encontraba ausente como si físicamente estuviera presente pero su mente estaba muy lejos.

Un día Patricio estaba solo en la casa y encontró que su mujer había dejado su correo personal abierto en la computadora.  Iba a cerrarlo cuando encontró el mensaje de un chico en el cual le decía cosas lindas y también cachondas a su mujer.  Patricio no sabía que hacer.  Temblando empezó a ver el historial del correo y encontró más de veinte mensajes de los dos.  En ese momento el mundo de Patricio se vino abajo.  No sabía que hacer, como reaccionar, que decir.

Cuando su mujer llegó él, como nunca lo había hecho, le gritó furioso lo que había encontrado.  La mujer no negó haber tenido un romance cuando estuvo de vacaciones y en lugar de llorar arrepentida le gritó que era su culpa.  Que gracias a Patricio ella lo había hecho.  Porque él ya no le daba lo que ella necesitaba, porque él y ella eran tan distintos cuando el otro era muy parecido a ella.  El otro le brindaba a ella lo que le faltaba.

A partir de ese momento pasaron días de zozobra, peleas, angustia, desvelos, insomnio, quejas, acusaciones, insultos y resentimientos sin fin que hacían que Patricio se sintiera perdido.  Sabía que el mundo al cuál había pertenecido ya estaba roto.  La burbuja alrededor había explotado.  No quedaba nada.

¿Qué hacer?  ¿Cómo vivir?  ¿A dónde ir?  ¿Perdonar? Esas eran las preguntas que Patricio se hacía en las noches al estudiar las telarañas del techo.

Un buen día hubo una pelea tal que decidió marcharse.  Pero necesitaba a alguien que le diera fuerzas.  Que le ayudara a pasar por ese momento difícil de la transición.  Se acordó de una ex novia que tuvo: Amanda.  Ella le había escrito más de alguna vez por el Facebook y él nunca le había contestado.   Ella le había ayudado a él en otro momento de transición parecido, cuando había dejado a otra manipuladora.  Amanda se había portado a la altura y además le había hecho sentir cosas que nunca antes él había sentido.  Era posible que ahora le ayudara con la misma intensidad que antes.  Le pidió la amistad en el Facebook y ella le aceptó.

Empezaron a hablar esporádicamente.  Ella le contó que también estaba saliendo de una relación.  En ese momento los dos se apoyaron contándose las angustias, los fracasos, los por qués de las decisiones que tuvieron que tomar.

El encontró un apartamento y se mudó.  Fue un día muy triste en el cuál Amanda lo apoyó.  Amanda por su lado estaba tan herida de su fallida relación que decidió tener cuidado con Patricio.  Ella sabía que la situación de él era tan inestable y difícil que era mejor no involucrarse.  Además Patricio le había hecho daño en el pasado.  Aun así, por amistad y por lo que tuvieron, ella quiso estar ahí cuando la necesitaba, aunque no estaba segura si iba a ser una amistad verdadera.

Patricio confuso vivía sus días con sentimientos encontrados que parecían una pesadilla.  Por un lado su mujer lo seguía manipulando, aunque de lejos y tenía de aliados a sus hijos que eran lo que él más quería y lo que lo hacía querer regresar a su vida pasada.  Por otro lado estaba empezando a realizar sus sueños, se sentía libre y contaba con una maravillosa persona que lo apoyaba en todo.   Recordaban con Amanda viejos tiempos y tanto a él como a ella le daban deseos de probar aunque sea una vez más la intensidad de lo vivido.  Pero él no sabía si en realidad lo quería o era solo por venganza y Amanda más sabia, sabía que eso no era conveniente, ni para él ni para ella.

Patricio se ponía intenso con Amanda por un par de días, luego desaparecía de su vida, luego volvía a aparecer.  La mujer, arrepentida y ya viendo que él quería rehacer su vida sin ella le rogaba, le pedía perdón, le lloraba, le suplicaba. 

En el fondo él sabía que regresar con ella no era lo conveniente pero la vida de mandilón no le era del todo desagradable.  Necesitaba que alguien le dijera que hacer, como pensar, a donde ir. Se sentía un poco perdido estando solo ya que se había acostumbrado a que lo mandaran.

Amanda era distinta a su mujer, ella quería que él realizara sus sueños, que él tomara sus propias decisiones, que él buscara la manera en la que quería vivir.  La idea de hacer eso le atraía pero le daba un profundo e intenso miedo.

Después de varios días de tontear con Amanda la cosa se puso más intensa.  Habían hablado de verse, habían hecho planes de a donde ir, e inclusive hasta habían hablado de hacerse un tatuaje juntos ya que ambos eran así de locos espontáneos.  Amanda sabía que todo era una ilusión porque él prefería ser un mandilón pero no le importó soñar. ¿A lo mejor él lograba mandarlo todo al carajo con su mujer y ser feliz al fin?  Ella no pretendía nada con él, tan solo ayudarlo a ver que había una mejor vida que estar bajo la influencia de una mujer.   Se hablaban todos los días y se reían mucho juntos.  A ambos les sirvió de consuelo para pasar los días solitarios.

De repente él desapareció.  Se esfumó de la nada.  Y desapareció cuando el plan ya estaba casi listo para que Amanda y Patricio pudieran verse.  Amanda estaba sorprendida pero a la vez sabía de los miedos, las dudas y la forma en la que él pensaba.   Amanda se sintió triste por él.  Sabía que él iba a caer de nuevo a ser un mandilón. 

Un mes después de su desaparición Amanda recibió una petición de amistad en el Facebook de la mujer de Patricio.  Amanda se molestó porque no sabía que la mujer de Patricio sabía de la existencia de ella. Inmediatamente supo que seguía habiendo problemas en el paraíso.  Se comunicó con Patricio y le dijo lo que pasaba para que él estuviera enterado y tomara cartas en el asunto. 

Nunca se esperó la respuesta de él: “Lo siento mucho.  Es que ella cree que tú y yo tenemos algo.  ¿De repente si le puedes decir la realidad? ¿Que no hay nada entre tú y yo sino una simple amistad?  ¡Te lo agradecería infinitamente!  Por eso ya no tuve comunicación contigo, por respeto a ella y evitar un mal entendido como este”.

Amanda sintió una profunda lástima por su amigo y también le entró un poco de rabia.  Al parecer, por la respuesta de él, no lo había dejado nunca con su mujer como él lo había dicho.  A lo mejor vivían separados pero seguían con la relación.  Eso lo entendía Amanda bien.  Pero lo que no le gustaba era la respuesta.  Todo era alrededor de la mujer: lo que pensaba ella, por respeto a ella, para no lastimarla a ella.  ¿Y Amanda que?  Aunque no tuvieron una relación tenían supuestamente una amistad y ella merecía respeto.   ¿Los sentimientos de Amanda no valían nada?

Al comunicarle a él lo que sentía él le contestó: “Eres una amiga y la verdad no quiero ningún lío.  Las cosas mejoraron con mi esposa.   Pienso que no te he hecho ningún daño ni te he prometido nada pero quiero mucho a mi familia.  Solo buscaba a una amiga.  Espero lo comprendas”.

En el fondo Amanda sabía que la había utilizado pero jamás se imaginó que él pensara que ella tenía ilusiones con él o que ella pensara que podría haber algo más serio entre ellos.  Se rio.  No, no se rio…se carcajeó.  Lo único que ella quería era que dejara de ser un mandilón y que tuviera la vida que soñaba.  Al parecer…ese saco le quedaba muy grande.  

La parte de: “Las cosas mejoraron con mi esposa” se notaba.  Por algo la esposa estaba contactando a Amanda.  Amanda decidió seguir con su vida y se prometió que jamás iba a tratar de ayudar a un mandilón.  Porque mandilón nace, se hace y jamás se compone.




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