Significado de Mandilón:
Termino muy relativo que se aplica a los hombres que son manipulados por su
mujer, dejados, faltos de carácter y agallas, hombres débiles.
En Guatemala Mandilón
significa: que anda con la mujer por
todos lados, que hace lo que la mujer quiere, que es sumiso y abnegado, que la
mujer lo manipula, que deja de estar con sus amigos por estar con la mujer. Que no tiene personalidad propia y adapta la
de la mujer.
Que pena le dio a Amanda. Que pena. Patricio era un chico guapo, atlético,
agradable, gracioso, atractivo. Pero carecía
de autoestima y sentido común. Por eso
era un mandilón.
Dejaba que su mujer lo mandara. Le
dijera lo que hacer, como hacerlo, por qué hacerlo. Le hiciera ver que ella era la única que
sabía lo que era mejor para él.
Ella le decía como vestirse, como comportarse, a donde ir, a donde no ir, con
quién hablar y con quién no hablar. Lo
había encerrado en una burbuja en la que solo existía ella, él y sus dos
hermosos hijos. No cabía más en ese
mundo perfecto para ella. A la vista de
todos, todo era armonía y alegría, pero él muy en el fondo sabía que eso no era
verdad. Aun así carecía de las fuerzas
para quejarse, para realizar sus sueños, para quebrar las reglas y las
estructuras impuestas por ella y simplemente tener una vida diferente o la vida
que siempre quiso.
Pasaron varios años así en la falsedad de la alegría compartida hasta que
un día todo se derrumbó: Ella se había ido de viaje por tres semanas a su país
natal y al regresar estaba muy fría con él.
Con el pasar de los días él empezó a ver cambios en ella como esconderse
para hablar por teléfono, o que se encerraba en el baño por mucho tiempo y al
salir del baño, estaba extraña. A veces
se encontraba ausente como si físicamente estuviera presente pero su mente
estaba muy lejos.
Un día Patricio estaba solo en la casa y encontró que su mujer había dejado
su correo personal abierto en la computadora.
Iba a cerrarlo cuando encontró el mensaje de un chico en el cual le
decía cosas lindas y también cachondas a su mujer. Patricio no sabía que hacer. Temblando empezó a ver el historial del
correo y encontró más de veinte mensajes de los dos. En ese momento el mundo de Patricio se vino
abajo. No sabía que hacer, como
reaccionar, que decir.
Cuando su mujer llegó él, como nunca lo había hecho, le gritó furioso lo
que había encontrado. La mujer no negó
haber tenido un romance cuando estuvo de vacaciones y en lugar de llorar
arrepentida le gritó que era su culpa.
Que gracias a Patricio ella lo había hecho. Porque él ya no le daba lo que ella
necesitaba, porque él y ella eran tan distintos cuando el otro era muy parecido
a ella. El otro le brindaba a ella lo
que le faltaba.
A partir de ese momento pasaron días de zozobra, peleas, angustia, desvelos,
insomnio, quejas, acusaciones, insultos y resentimientos sin fin que hacían que
Patricio se sintiera perdido. Sabía que
el mundo al cuál había pertenecido ya estaba roto. La burbuja alrededor había explotado. No quedaba nada.
¿Qué hacer? ¿Cómo vivir? ¿A dónde ir?
¿Perdonar? Esas eran las preguntas que Patricio se hacía en las noches
al estudiar las telarañas del techo.
Un buen día hubo una pelea tal que decidió marcharse. Pero necesitaba a alguien que le diera
fuerzas. Que le ayudara a pasar por ese
momento difícil de la transición. Se acordó
de una ex novia que tuvo: Amanda. Ella
le había escrito más de alguna vez por el Facebook y él nunca le había
contestado. Ella le había ayudado a él
en otro momento de transición parecido, cuando había dejado a otra
manipuladora. Amanda se había portado a
la altura y además le había hecho sentir cosas que nunca antes él había
sentido. Era posible que ahora le ayudara
con la misma intensidad que antes. Le
pidió la amistad en el Facebook y ella le aceptó.
Empezaron a hablar esporádicamente.
Ella le contó que también estaba saliendo de una relación. En ese momento los dos se apoyaron contándose
las angustias, los fracasos, los por qués de las decisiones que tuvieron que
tomar.
El encontró un apartamento y se mudó.
Fue un día muy triste en el cuál Amanda lo apoyó. Amanda por su lado estaba tan herida de su
fallida relación que decidió tener cuidado con Patricio. Ella sabía que la situación de él era tan
inestable y difícil que era mejor no involucrarse. Además Patricio le había hecho daño en el
pasado. Aun así, por amistad y por lo
que tuvieron, ella quiso estar ahí cuando la necesitaba, aunque no estaba
segura si iba a ser una amistad verdadera.
Patricio confuso vivía sus días con sentimientos encontrados que parecían
una pesadilla. Por un lado su mujer lo
seguía manipulando, aunque de lejos y tenía de aliados a sus hijos que eran lo
que él más quería y lo que lo hacía querer regresar a su vida pasada. Por otro lado estaba empezando a realizar sus
sueños, se sentía libre y contaba con una maravillosa persona que lo apoyaba en
todo. Recordaban con Amanda viejos
tiempos y tanto a él como a ella le daban deseos de probar aunque sea una vez
más la intensidad de lo vivido. Pero él
no sabía si en realidad lo quería o era solo por venganza y Amanda más sabia,
sabía que eso no era conveniente, ni para él ni para ella.
Patricio se ponía intenso con Amanda por un par de días, luego desaparecía
de su vida, luego volvía a aparecer. La
mujer, arrepentida y ya viendo que él quería rehacer su vida sin ella le
rogaba, le pedía perdón, le lloraba, le suplicaba.
En el fondo él sabía que regresar con ella no era lo conveniente pero la
vida de mandilón no le era del todo desagradable. Necesitaba que alguien le dijera que hacer,
como pensar, a donde ir. Se sentía un poco perdido estando solo ya que se había
acostumbrado a que lo mandaran.
Amanda era distinta a su mujer, ella quería que él realizara sus sueños,
que él tomara sus propias decisiones, que él buscara la manera en la que quería
vivir. La idea de hacer eso le atraía
pero le daba un profundo e intenso miedo.
Después de varios días de tontear con Amanda la cosa se puso más
intensa. Habían hablado de verse, habían
hecho planes de a donde ir, e inclusive hasta habían hablado de hacerse un
tatuaje juntos ya que ambos eran así de locos espontáneos. Amanda sabía que todo era una ilusión porque él prefería ser un mandilón pero no le importó soñar. ¿A lo
mejor él lograba mandarlo todo al carajo con su mujer y ser feliz al fin? Ella no pretendía nada con él, tan solo
ayudarlo a ver que había una mejor vida que estar bajo la influencia de una
mujer. Se hablaban todos los días y se
reían mucho juntos. A ambos les sirvió
de consuelo para pasar los días solitarios.
De repente él desapareció. Se esfumó
de la nada. Y desapareció cuando el plan
ya estaba casi listo para que Amanda y Patricio pudieran verse. Amanda estaba sorprendida pero a la vez sabía
de los miedos, las dudas y la forma en la que él pensaba. Amanda se sintió triste por él. Sabía que él iba a caer de nuevo a ser un
mandilón.
Un mes después de su desaparición Amanda recibió una petición de amistad en
el Facebook de la mujer de Patricio.
Amanda se molestó porque no sabía que la mujer de Patricio sabía de la
existencia de ella. Inmediatamente supo
que seguía habiendo problemas en el paraíso.
Se comunicó con Patricio y le dijo lo que pasaba para que él estuviera
enterado y tomara cartas en el asunto.
Nunca se esperó la respuesta de él: “Lo siento mucho. Es que ella cree que tú y yo tenemos
algo. ¿De repente si le puedes decir la
realidad? ¿Que no hay nada entre tú y yo sino una simple amistad? ¡Te lo agradecería infinitamente! Por eso ya no tuve comunicación contigo, por
respeto a ella y evitar un mal entendido como este”.
Amanda sintió una profunda lástima por su amigo y también le entró un poco
de rabia. Al parecer, por la respuesta
de él, no lo había dejado nunca con su mujer como él lo había dicho. A lo mejor vivían separados pero seguían con
la relación. Eso lo entendía Amanda
bien. Pero lo que no le gustaba era la
respuesta. Todo era alrededor de la
mujer: lo que pensaba ella, por respeto a ella, para no lastimarla a ella. ¿Y Amanda que? Aunque no tuvieron una relación tenían
supuestamente una amistad y ella merecía respeto. ¿Los
sentimientos de Amanda no valían nada?
Al comunicarle a él lo que sentía él le contestó: “Eres una amiga y la
verdad no quiero ningún lío. Las cosas
mejoraron con mi esposa. Pienso que no
te he hecho ningún daño ni te he prometido nada pero quiero mucho a mi
familia. Solo buscaba a una amiga. Espero lo comprendas”.
En el fondo Amanda sabía que la había utilizado pero jamás se imaginó que
él pensara que ella tenía ilusiones con él o que ella pensara que podría haber algo más serio entre ellos.
Se rio. No, no se rio…se
carcajeó. Lo único que ella quería era
que dejara de ser un mandilón y que tuviera la vida que soñaba. Al parecer…ese saco le quedaba muy
grande.
La parte de: “Las cosas mejoraron con mi esposa” se notaba. Por algo la esposa estaba contactando a
Amanda. Amanda decidió seguir con su
vida y se prometió que jamás iba a tratar de ayudar a un mandilón. Porque mandilón nace, se hace y jamás se
compone.
En España se les llama "calzonazos" :-))
ResponderBorrarUn abrazo,
Paquito.