miércoles, 7 de agosto de 2013

Porque Vivo en el Extranjero No Quiere Decir que Soy tu Saco de Dinero







Recuerdo cuando vivía en Guatemala y cuando recién empecé a trabajar ganaba Q.600 (USD$76.55) al mes de salario.  Con ello apenas podía pagar una habitación de alquiler y la comida del mes.  No me alcanzaba para nada más.  Entonces cuando sucedían emergencias tenía que recurrir a mi madre, padre o tío que viven en los Estados Unidos para que me socorrieran.  No lo hacía seguido.  Era solo cuando de verdad estaba en apuros. 

Con el tiempo encontré mejor trabajo y ganaba por encima del salario estándar. Pero aun así, el salario no me alcanzaba.  O al menos eso creía yo.  Recuerdo que iba cada semana al salón de belleza a hacerme el cabello y las uñas, que iba casi todos los medio días a comer fuera y a buenos restaurantes y vivía en una buena zona de la ciudad.  Pero en esta época sí que no pedí dinero prestado.  No lo consideré justo para mi familia que vivía en el extranjero.

A mí nunca nadie me enseñó a ahorrar o a hacer un presupuesto mensual.  Vivía como podía.   Eso es algo que hace la mayoría de guatemaltecos que vienen de clase baja o media.

En Guatemala se tiene la creencia que los que viven en el extranjero están bien, que ganan mucho dinero pero sobretodo que como están en buena posición tienen la obligación de ayudar a sus familiares (o amigos) que dejaron atrás.  Una de las principales fuentes de ingresos para Guatemala son las divisas que las personas que viven en el extranjero envían a sus familiares.  En promedio se reciben alrededor de USD$400,000 al mes en divisas extranjeras.

Cuando vine a vivir a Holanda me di cuenta que si uno quiere vivir bien, tiene que trabajar mucho y duro.  Y no es que uno venga al extranjero y ya tiene todo listo para empezar.  Uno tiene que ver cómo sobrevivir y salir adelante.  Yo recuerdo que cuando salí de Guatemala dejé un súper puesto en una empresa de telecomunicaciones internacional y cuando vine acá mi trabajo consistía en limpiar 50 baños al día.  Hice de todo, desde limpiar baños hasta oficinas, habitaciones de hotel, casas de ancianos, etc.  Yo odiaba los trabajos de limpieza y me decía que para un trabajo así mejor me hubiera quedado en Guatemala.  Pero a pesar de limpiar esos 50 baños vivía mejor que en Guatemala.  Era un paradigma que yo no lograba entender.

Empecé a buscar trabajo de oficina y no encontré en los primeros tres años que estuve viviendo en Holanda. Y es que en esa época (12 años atrás) no había muchos Latinoamericanos viviendo en Europa.  Como este es un país primermundista, se tenía la creencia de que a nosotros no nos educaban o que la educación estaba por debajo de los estándares europeos -cosa que puede ser cierta- pero tampoco es que no podamos ni encender o apagar una computadora.

Así que limpiando baños o haciendo trabajitos como de bar tender o camarera sobreviví mis primeros años en este país.  Recuerdo que empecé a recibir cartas de familiares, con los cuáles no había tenido mucho contacto en Guatemala y entre todo me contaban sus necesidades de dinero y si les podía enviar dinero.  Algunos familiares se ponían dramáticos y me contaban de enfermedades graves y/o problemas monetarios extremos.  Y así iba mandando dinero a diestra y a siniestra.  Hasta que un día me sucedió algo que me abrió los ojos.  Un familiar me pidió dinero como ya lo había hecho en varias ocasiones anteriores.  Yo tenía mi dinero muy contado porque me acaba de mudar de casa.  Pero este familiar me puso la cosa tan dramática diciéndome que no tenía ni para comer que honestamente le envié dinero que iba a servir para mi comida con tal y de que esa persona pudiera comer también.  Unas dos semanas después estaba hablando con la hermana de este familiar y me dice: “hiciste muy feliz a mi hermana con el dinero que le enviaste.  Pudo ir al concierto de Bon Jovi que era su mayor deseo”.  Se me cayó la quijada al suelo cuando me enteré del verdadero destino de mi dinero.  Otro familiar en otra ocasión dijo: “es que los que viven en el extranjero tienen la obligación de ayudarme porque yo soy una persona incapacitada”.  Este familiar tenía pareja con buen trabajo y dos hijos que podían ayudarlo económicamente. 

También está la costumbre que cada vez que voy a Guatemala de paseo o me ofrecen un negocio para que yo invierta dinero o me piden dinero prestado.  Hasta tengo un familiar que me roba el dinero si me quedo en su casa. Si los invito a comer me llevan a los restaurantes más caros.  Lo que esta gente no se pone a pensar es que para yo ir a Guatemala me he sacrificado ahorrando por un año, tratando de no salir ni hacer nada fuera de lo común.  Tampoco se ponen a pensar de que yo también tengo deudas, que yo también a veces paso penas de dinero y que yo a veces también tengo que pedir dinero prestado cuando ya estoy hasta el cuello.  ¿Acaso me van a ayudar ellos o devolver algo del dinero que les he prestado?

Por todo esto decidí un día de que solo iba a ayudar a la gente que yo quiero.  Hay gente a la que quiero mucho y no anda pidiendo dinero.  A esa gente es a la que me gusta ayudar.

Yo conozco personas que gastan más dinero de lo que tienen.  Es una necesidad e impulsividad constante la de estar comprando cosas y después no tienen ni para comer.  Estaba buscando si eso de prestar dinero era una manía o una enfermedad y encontré este artículo interesante que se llama Testimonio de un Deudor

Volviendo al tema, me gustaría que esas personas que prestan dinero a familiares o amigos  que viven en el extranjero se pusieran a pensar que a nosotros también nos cuesta vivir.  Que nosotros también tenemos que sudar lo que ganamos.  Que si bien es cierto que vivimos mejor, así mismo es cierto que nuestros gastos son mayores: los alquileres por las nubes, los alimentos básicos caros porque la mayoría son importados y si tenemos niños los gastos que conlleva pagar la guardería y todas las necesidades de ellos. No es fácil vivir aquí.  Uno vive contra reloj, con stress y si uno no camina para adelante con los demás, uno no está en nada.  Decidimos vivir en el extranjero para tener una mejor vida para nosotros mismos.   No para tener la obligación de ayudar y darles mejor vida a los familiares o amigos que dejamos atrás.

Hay que aprender a hacer un presupuesto, a amarrarse los pantalones y vivir con lo que se tiene.  Y si no se puede pues ¡a emigrar! 

10 comentarios:

  1. Apreciada Silvia,
    Excelente texto. Duro pero real, muy real, necesario para que nuestra familia se de cuenta de que no "cagamos" dinero en europa.
    Un gran saludo desde Suiza!
    Remo de Lopez

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Alguien tenía que decir algo al respecto mi estimado Remo! Un abrazo y graciaas por leerme.

      Borrar
  2. Ya lo lei.......y viviendo en el extranjero, es como leer algunas de mis historias, aunque hay personas que realmente si viven la necesidad de pedir ayuda, al contrario hay otras que se las dan de lujos y al final del mes no tienen ni 5 centavitos. Mi mama siempre nos dijo "Asi como va el son va el bailado" o "Tapemonos hasta donde nos alcanza la sabana", eso quiere decir si gano Q1,000.00 no gastaria Q2,000.00. Talvez es necesario hacer un presupuesto y cumplirlo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Exactamente! Creo que en los países Latinos lo que hace falta es educación de manejo de dinero y responsabilidades monetarias. Saludos y gracias por tu comentario.

      Borrar
  3. De acuerdo contigo. Aunque no me ha pedido dinero prestado, al menos no mucha gente, se creen que uno lo tiene muy facil aqui, cuando no tienen ni idea de que nos rajamos!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Me gusta eso de "al menos no mucha gente" conclusion: ya te pidieron dinero prestado. ;p

      Borrar
  4. Muy bueno Silvia Titus, es la realidad que vivimos muchos que buscamos un porvenir mejor.. :/ y sii le ha pasado a muchos como un dia me dijo mi madre, ni que con pala hayas venido a recoger el dinero y fueran costaladas de billetes que tenes guardados :( es bien duro y dificil, el trabajo en el extranjero nada comparado con lo de nuestro pais.. como diarian unos aki en el extranjero si no trabajas no comes, y si no hay se le busca si no se le rasca haber de donde sale... muy buen articulo, te felicito!! DIOS te bendiga, y te siga dando sabiduria para escribir mas, sobre lo que muchos deben saber, y otros callan x temor a ser rechazados.. cuidate mucho..

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias Xikita, mi intención es hablar claro y pelado de las cosas que se callan pero que son parte de nuestra realidad. Un abrazo y gracias por leerme.

      Borrar
  5. Ya no envíes dinero. Mejor compra una entrada para el concierto de PIXIES que viene en octubre a Ámsterdam.
    Remo de López

    ResponderBorrar