Hace muchos años mis Navidades eran pasarla con la familia. Recuerdo que yo pensaba que el árbol de
Navidad se veía tan hermoso con tantos regalos por abrir. Mis primos y yo tratábamos
de adivinar para quién era el regalo más grande o adivinar qué era ese regalo
con la forma extraña. Mis Navidades las
pasaba rodeada de mi mamá, hermano, primos y tíos con mucha comida, oraciones,
pláticas recordando a Jesús, visitando el pesebre de la suegra de mi tío,
viendo las posadas navideñas, fuegos pirotécnicos, cohetes, mucho ruido pero
sobre todo mucho amor.
Cuando estaba en mis 20’s las Navidades las pasaba con el
respectivo novio y su familia, con amigos y sus familias y después de que me
vine a vivir a Holanda la pasaba con mi ex novio holandés y su familia.
Hace dos años me quedé soltera y sigo viviendo en Holanda. Como trabajo en contabilidad, no me puedo ir
lejos para Navidad o Año Nuevo ya que a fin de año cerramos los libros
contables así que es cuando más trabajo tengo.
Por esa razón tengo que quedarme en Holanda o lo más que puedo hacer es
viajar a un lugar cercano de Holanda, en Europa y por pocos días.
Muchas personas me preguntan si no me pongo triste para la
Navidad. Más que ponerme triste me pongo
nostálgica. Como desearía no tener el
trabajo que tengo o vivir más cerca de mi familia. Pero tengo que aguantarme porque no puedo
cambiar las circunstancias por el momento.
Así que tengo dos opciones: O me lamento y me deprimo o hago
lo mejor que puedo para tener una buena Navidad.
Las opciones de una persona soltera en Navidad son
infinitas: Siempre hay amigos que te invitan a hacer algo. El año pasado tuve una Navidad con 10
personas latinas y me gustó mucho. Fue
lo más cercano que pude celebrar la Navidad como lo hacía antes. Cocinamos pavo y otras cosas que comemos para
Navidad en Latinoamérica. La pasamos muy
bien, riendo, comiendo y recordando viejas canciones de Navidad.
Este año tenía ganas de viajar. Me compré un boleto a Lisboa. Yo nunca he estado en Portugal y tenía muchas
ganas de conocerlo. Varios amigos
portugueses coincidentemente estarían en Portugal y me dijeron que íbamos a
juntarnos porque no querían que yo estuviera sola.
A mí me dijeron que tenía que pasar la Navidad en familia o
con amigos, sin excepción, pero yo no creía que fuera necesario. Por ser una persona soltera, independiente,
que emigró a otro país y vive lejos de su familia hace años entonces yo ya sé lo
que se siente celebrar sin familia o amigos varios acontecimientos (cumpleaños,
graduaciones, etc.). Yo pensaba que pasar una Navidad sola no era ridículo, sino
que era de valientes. Me di cuenta lo
equivocada que estaba para esta Navidad.
Estaba ya lista e ilusionada para viajar a Portugal y la
línea aérea con la que me iba anunció que estarían en huelga del 27 al 30 de
diciembre. Yo tenía que regresar a
Holanda el 28 de diciembre y no me podía arriesgar a quedarme más días por la
responsabilidad de mi trabajo. Así que
tuve que cancelar el viaje.
Eso fue unos días antes de Navidad. No tenía ninguna idea de qué hacer. Estaba un poco deprimida por el hecho de no
haber podido viajar así que tuve que pensar fuertemente en las dos opciones que
tenía: lamentarme, deprimirme y tener una mala Navidad o hacer algo al respecto
para tener una buena Navidad.
Puse esta frase en mi página de Facebook: “Lamentablemente
mi vuelo a Lisboa para Navidad fue cancelado.
¿Y ahora qué hago?” y esperé a ver las propuestas. Las primeras eran propuestas imposibles:
“Vente a Belice y la pasamos juntos”.
Unos minutos más tarde recibí mensajes interesantes en mi teléfono. Dos chicas solteras -al igual que yo- sin
poder estar con sus familias, querían pasar el 25 de diciembre conmigo. Una chica que sí tiene novio, estaba sola el
24 de diciembre porque su novio había tenido que ir a Polonia a visitar a su
familia. Ella quería pasar el 24 de
diciembre conmigo. Acepté las propuestas porque me di cuenta que no era la
única persona con las mismas circunstancias. Después de esas propuestas recibí
otras más. Estaba encantada de ver como
mis amigos querían que me uniera a ellos y no pasar la Navidad sola.
El 24 de diciembre la pasé con mi amiga Suiza llamada
Mannon. Es una chica de 26 años con
mucha energía y ganas de vivir. Pero ese
día estaba cansada. Había empezado un nuevo
trabajo unos días antes y estaba mentalmente agotada. Tuvimos una noche tranquila. Ella cocinó y yo llevé un vino y el
postre. Estuvimos charlando de varias
cosas y a eso de las 11:30 pm la vi bostezando y cerrando los ojos del sueño
así que le dije que era mejor irme.
Cuando logré salir de la casa de Mannon eran las 12:05
am. Tenía que ir en bicicleta 10
minutos desde la casa de ella a la mía.
Años atrás cuando pasaba la Navidad con mi familia en Guatemala, a las
12 en punto estaba lo que llamamos “la cohetería” y es que todos en la ciudad
queman cohetes y otro tipo de fuegos pirotécnicos. La Cohetería dura más o menos media
hora. A mí me gustaba quemar cohetes
con mis primos y por lo regular estábamos afuera quemándolos. Al entrar a casa nos dábamos el abrazo de
Navidad con toda la familia y procedíamos a abrir los regalos. Mi media noche del 2014 era totalmente
distinta: iba en bicicleta por las calles silenciosas de Ámsterdam y con
temperatura de 4 grados y viento fuerte. No había casi nadie por la calle. Parecía que todos los habitantes de la ciudad
se habían ido a dormir temprano. En un
momento de descuido un chico sale de una calle corriendo, metí un frenazo en la
bicicleta porque casi lo atropello y el chico voltea a verme muy contento y
alza el brazo donde sostenía una botella de champán y me grita: “¡Es
Navidad! ¡Al fin es Navidad!” después
del susto que me dio pasé a la risa. Si
hubiera sido cualquier otra cosa lo hubiera maltratado.
El 25 de diciembre me desperté temprano para hablar con mi
familia por Skype. No hacia eso en años
pero esta vez lo quise hacer. Fue alegre
hablar con mi mamá hermano, primos y tíos, con los que solía pasar las Navidades
hace muchos años. Ellos todavía pasan
las Navidades juntos ya que la mayoría vive en Utah.
Por la noche lo pasé un poco más alegre, fui a cenar con una
amiga guatemalteca y una argentina a un restaurante italiano. Después de darle mi número de teléfono al
mesero que estaba guapo, fuimos a bailar a una discoteca. El bailar me hizo bien, había buena música y ambiente en el
lugar. Bebí lo más caro, era Navidad
¡Qué más daba!
Regresé a casa a las 5 de la mañana borracha y sola. Y aunque estaba contenta por la noche que
acababa de pasar por dentro me sentía deprimida. ¿Qué me pasaba? No comprendía porque la había pasado bien.
Al siguiente día me puse a analizar sobre lo que me sucedía
y por qué me sentía deprimida. Me di
cuenta que llevo 10 años en los cuáles no puedo pasar la Navidad con mi familia
por el trabajo. Creo que eso es
demasiado tiempo. Veo que otra gente si
puede ir en Navidad con sus familias.
Antes lo compensaba con pasarla con mi ex novio y su familia. Quiera que no, yo formaba parte de su
familia. Pero ahora no es así. Estoy
completamente sola en este lado del charco.
Creo que mientras más viejo más nostálgico se pone uno. Yo soy una persona independiente y me gusta
la soledad pero esta Navidad me di cuenta que por más independiente y solitario
que uno sea siempre hace falta la familia.
Estuve haciendo una investigación y me di cuenta que todos los que
estamos solos en otro país hemos llamado o hablado por Skype con nuestra
familia para Navidad. Eso nos hace
sentirnos más cerca de ellos aunque estemos a miles de kilómetros de
distancia.
De los momentos de reflexión post Navidad tuve las
siguientes conclusiones:
Tengo que cambiar de trabajo. Quiero un trabajo que me permita viajar para
Navidad para pasarla con mi familia.
Si tengo que pasar de nuevo acá en Navidad tengo que hacer
una Navidad parecida a lo que tenía en Latinoamérica: cocinar, tener regalos,
pasarla con amigos cercanos, a lo mejor traerme un miembro de mi familia para
acá.
Salir a una discoteca en Navidad no es satisfactorio.
Hablar con la familia por teléfono o por Skype para Navidad
es esencial.
Es bueno ser independiente y solitaria pero no en
Navidad. Todos necesitamos el calor de
nuestra familia y/o amigos para esa fecha tan especial.
Gran verdad. Para mí han sido las primeras fiestas sin la flia de mi ex. Las pasé con amigos y un día con mis hijos y una amiga y su madre. Pero es diferente. Le faltó algo. El 31 lo pasé sola. Me fui a un hotel porque no quería pasarlo sola en casa.
ResponderBorrarDefinitivamente, pienso q necesitas un trabajo más flexible. Buen artículo. Georgina Zinno
Espero que el año que viene puedas disfrutar de tu familia y el calorcito que solo Guate nos ofrece en estas fechas.
ResponderBorraruna amiga escribio en su cuenta de Facebook: "En la mesa, ninguno tenia el mismo apellido, y todos eramos familia! "
ResponderBorrarMe encanto.