El fin de semana pasado visité a un amigo que por contestar una llamada telefónica al mismo tiempo que atendió la puerta, se le olvidó de que había dejado el televisor de la sala encendido donde pasaban una película porno. Como mi amigo es de confianza, abrí la refri, me serví un vino y me puse a ver la película mientras él terminaba la llamada. Cuando terminó se dirigió a la sala mientras me contaba quién lo había llamado pero al llegar a la sala se paralizó y dejó de hablar. Rápidamente tomó el control y cambió de canal. Le dije: “¿Por qué cambias de canal? Quería seguir viendo”. Abrió los ojos tan grandes como los de Scrat, esa ardilla tan cómica de la película Ice Age (Era del Hielo) y volvió a poner la película porno. Tuvimos una conversación con respecto a las películas porno y el punto de vista de la mujer mientras seguíamos viendo la película. Como somos amigos, vimos la película como estar viendo cualquier otra, la comentamos, nos reímos y hablamos acerca de algunas posiciones extrañas y aparatos que vimos en la película.
Más de alguna vez todas las mujeres hemos visto
porno aunque no lo andemos divulgando. La
mayoría de comentarios que he tenido respecto al tema de mujeres son: “¡Qué asco!”, “¡Esa porquería es para los hombres!”, “esas mujeres asquerosas seguro estarán
sidosas”, “Esas cosas sólo la ven las ninfómanas o las que no tienen nada que
hacer”, “si él ve porno y quiere que lo vea con él me enojo porque entonces no
le proveo lo suficiente o saber qué me quiere decir”.
En la cultura latina se nos enseña de que el
hombre se va por lo físico y la mujer es de sentimientos o emociones preferiblemente románticas, cosa que
es cierta pero las mujeres también podemos ser físicas. Si una mujer expresa libertad a lo sexual, al
erotismo y a lo físico entonces se nos enseña que esa mujer es una resbalosa,
fácil, prostituta o puta.
Pero esta mentalidad arcaíca es una barrera
para la liberación femenina. Las mujeres
también disfrutamos del sexo y de la sexualidad en todas sus formas, somos
eróticas, somos sensuales, queremos ser
deseadas y queremos gozar del sexo tanto como los hombres.
Yo no recuerdo cuándo fue que ví una película
porno por primera vez pero fue hace muchos años atrás. Tendría unos 18 o 19 años. Cuando empecé a ver porno era demasiado
difícil encontrar una película en especial en un país como el de
Guatemala. Cuando empezó la internet se
llenó rápidamente de páginas porno y en ese tiempo era muy fácil acceder a
ellas. El problema era que no tenía computadora
en casa sino que las miraba a escondidas en un café internet.
Con el tiempo, los dueños de estas páginas
vieron que podían obtener una rentabilidad del contenido y empezaron a cobrar
por ver porno. Se acabó mi alegría. Pero entonces empezaron a existir páginas con
historias o fotos eróticas y clandestinas.
Eso era más discreto de ver en un café internet y eran igual de
excitantes. Hoy en día hay miles de
accesos gratuitos tanto en internet como en la televisión a lugares porno de
historias, fotos y videos. Solo hay que saber encontrarlos ya que
la mayoría es pagado.
A mí me gusta ver porno por varias
razones: Puedo aprender algunas
posiciones o métodos de seducción nuevos, me ayuda a masturbarme y correrme
sola cuando no tengo con quién, me puede ayudar a inspirarme, coger ideas o
técnicas y ayuda a mi imaginación.
Las mujeres disfrutamos mucho de ver el porno
solas. Es un momento íntimo que nos
gusta tener de vez en cuando aunque tengamos pareja. Al corrernos solas las sensaciones son
distintas que cuando nos corremos teniendo sexo. Pero también podemos disfrutar ver porno con
la pareja. Lo que más nos gusta a las
mujeres es pensar que somos nosotras las que estamos actuando la escena que
estamos viendo.
Dependiendo de los
gustos de cada mujer elegimos las películas.
Algunas mujeres les gustan los hombres grandes y fuertes, a otras les
gusta ver porno lésbico aunque no sean lesbianas, a otras les gustan ver a los
hombres en uniformes, a otras les gustan los hombres de la raza negra, etc.
Cuando las mujeres miramos películas porno, nos
gustan más las películas naturales. No
nos gusta la sobre actuación o cosas que nosotras sabemos no existen en la vida
real. Nos gusta admirar los cuerpos de las estrellas de porno y compararlos con
el nuestro. Nos gusta imaginarnos que
somos nosotras las que estamos con el hombre o mujer actuando. La mayoría de las mujeres ve porno
discretamente. Nadie más lo sabe más que
ella.
Aunque parezca increíble, hay hombres que no se
sienten cómodos de saber que la mujer ve porno.
Yo recuerdo a uno de mis ex novios que me prohibió ver porno porque a él
no le gustaba. Lo miraba a escondidas de
él. Me cachó en una ocasión y fue un
escándolo total.
Cuando tenemos una pareja que está abierta a ver
porno se puede aprender y disfrutar juntos de las películas. El sexo puede alcanzar otras dimensiones y puede
llegarlos a unir como pareja más que nunca.
Respecto a la educación sexual de los niños, yo
pienso que se debería de hablar más abiertamente sobre el sexo, así que cuando
ese niño sea adulto y vea una de estas películas, no sienta verguenza o que
está haciendo algo malo. No es el ver
porno lo malo, lo malo es no saber qué vamos a encontrar y carecer de una buena
base de información sobre lo que es el sexo normal y los diferentes tipos de
desviaciones sexuales. Los jóvenes hoy
en día tienen tan fácil el acceso a internet que están viendo porno desde
temprana edad por “curiosidad” y para saber “cómo se hace”. El problema está que encuentran pornografía
barata y con imágenes mostrando cosas que, si no tienen una buena base con respecto
al sexo, podrían ser chocantes o podrían marcarlos de por vida. Por eso considero que los padres hoy en día
no deben de hacerse los locos e ignorar este tema con sus hijos como solían
hacer nuestros padres con nosotros.
El problema más común por el cuál las mujeres
dicen que no les gusta el porno es porque físicamente sí se sienten motivadas
pero emocionalmente no. Pero hay películas
pornos hechas especialmente para mujeres donde pueden tocar ese lado romántico
y delicado que la mujer necesita para disfrutar de manera total.
Como dato histórico y curioso, el movimiento feminista
de los 80’s y 90’s era anti porno. A
finales de los 90’s y sobre todo en el siglo XXI decidieron hacer un cambio
radical a la vision respecto a la pornografía.
Se dieron cuenta que la pornografía puede ayudar a las mujeres a
liberarse sexualmente.
Una mujer que ve pornografía no está haciendo
nada malo. ¿Por qué tiene que ser algo sucio y oscuro? ¿Quién dictaminó que ver pornografía es malo? No es el ver la pornografía lo malo sino los
valores negativos que nos han inculcado al respecto por la falta de educación
sobre el tema. De que hay pornografía violenta,
sucia y agresiva si que la hay, pero sin educación y valores positivos inculcados no sabremos
diferenciar una cosa con la otra. No lograremos
vencer esa barrera que nos ayudará a disfrutar ver una película pornográfica y
aprender de ella para disfrutar del sexo plenamente.
Bueno, creo
que ya es hora de terminar este tema y de ir a ver una película porno ¿No les parece?
Otros links de interés:
Personalmente mi razón para no ver porno no tiene que ver ni con una educación represiva, ni con motivos emocionales y románticos. Es muy simple, nunca he visto que en una película porno existan preliminares (no puedo llamar preliminares a dos segundos de sexo oral, o tocar un poco el clítoris, es más que insuficiente para excitar a una mujer), y por lo tanto, ¿cual es el mensaje que me llega viendo eso?, que el placer de la mujer es secundario. Ya se que las actrices gritan como posesas, pero siendo mujer sabes que es fingido, porque vamos, yo tengo que llevar más de un mes sin correrme para excitarme así de rápido. Y viendo que el placer de la mujer no les importa, me ofendo y paso de verlo. Y eso en el porno normal, porque ahora parece que el porno se trate de...a ver quién hace la mayor guarrada (bukakes, fisting...). Y antes de que alguien pregunte como se tanto si no lo veo..., he intentado verlo para masturbarme, pero como no me motiva lo quito.
ResponderBorrar