jueves, 5 de junio de 2014

Ser Homosexual en Latinoamérica es duro







Hace un año atrás escribí  "Ama a tu prójimo como a ti mismo" Mateo 22:39 y me veo en la obligación de tocar el tema de la homosexualidad de nuevo porque veo que las cosas, en Latinoamérica, no han cambiado en absolutamente nada en este año.


Yo como guatemalteca crecí con la mentalidad cerrada y absurda que nos inculcan desde que somos niños.  En mi país a un homosexual se le llama despectivamente “hueco”.  Pero no es solo a un homosexual sino también lo decimos como broma a alguien del género masculino que tiene miedo de hacer algo o simplemente porque se nos da la gana.  Así que frases como: “sos un hueco”, “pareces hueco”, “te vestís como hueco”, “sos un hueco solapado” son comunes en la jerga guatemalteca entre jóvenes y adultos.


Por que crecí creyendo que los homosexuales eran unos pecadores, una escoria de la sociedad, una maldición, una enfermedad que se contagia, algo de lo que nos deberíamos alejar y evitar. Cuando tuve mi primer amigo gay,  Miguel, yo tenía una lucha interna entre lo que me enseñaron y lo que Miguel me quería enseñar:  Que el ser homosexual era algo que él no podía cambiar y que si quería ser su amiga yo debía de aceptarlo.  Amé a Miguel por lo que era:  una persona homosexual maravillosa.  Después de Miguel tuve otros amigos homosexuales en mi país y cambié mi mentalidad con respecto a la homosexualidad aunque todavía habían cosas que no toleraba.


En Holanda la tolerancia hacia los homosexuales es mayor que en Latinoamérica aunque no en su totalidad.  Acá también hay prejuicios e intolerancia pero a una pequeña escala.  Acá vi por primera vez dos hombres agarrados de la mano por la calle y besándose en la boca.  Al principio me chocó.  Pero mientras más tiempo vivía en este país más fue cambiando mi mentalidad hacia el homosexualismo y ahora lo veo como algo normal.  Me di cuenta que el ser homosexual no es una enfermedad  que se puede curar con la religión, terapia psicológica o en clínicas especializadas como se nos hace creer.    

Al buscar en la internet sobre cómo nace la homosexualidad encontramos que los que tocan más el tema son páginas religiosas.  Escriben que es una inclinación y conducta que puede causar daños emocionales y que crea soledad y tristeza.   


Tengo amistades homosexuales en Holanda, Guatemala y otros países y todos ellos son personas que trabajan, estudian, tienen éxito, van de compras, van de viaje, van al doctor, etc. como tú y como yo.  La diferencia es que su preferencia sexual es con una persona de su mismo sexo.   ¿En qué afecta su preferencia sexual a mi vida?  En nada.  Entonces ¿Qué derecho tengo de juzgarlos?


Yo les he preguntado a todos mis amigos homosexuales cuándo o cómo se dieron cuenta de que lo eran y todos me contestan que desde que eran pequeños de 5 o 6 años de edad mas o menos.  Y me cuentan algunos que les gustaba jugar con barbies, que se enamoraron de algún amiguito, que siempre les atrajo más los hombres que las mujeres.   


A veces bromeo con mis amigos homosexuales y les digo que los voy a convertir en hombres heteros y me da risa ver las reacciones.  Muchos de ellos me cuentan que han estado con una mujer pero que no sintieron absolutamente nada.  


Pienso que mi mentalidad al respecto empezó a cambiar en Latinoamérica y acá terminé de convencerme de que hay que dejarlos ser.  Veo a mis amigos latinoamericanos homosexuales ser felices acá en Holanda por lo mismo:  nadie se mete con ellos y los dejan ser.  

Uno de mis amigos gay fue a su país, Honduras, a visitar a su madre que es evangélica.  En su visita tuvo que lidiar con la visita de un pastor, con su madre y amistades diciéndole que el ser gay era un pecado, que la Biblia dice, que se arrepienta, etc.  Tuvo que adelantar su viaje a Holanda porque era demasiada la presión.  Otro amigo gay de mi país puso en Facebook que “está en relación” con su novio holandés con un mensaje en el cuál dice lo feliz que es de haber encontrado a alguien que lo comprenda, respete y quiera como es.  Su hermana le escribió un mensaje en el cuál le dice que algún día se dará cuenta que “el tener sexo con hombres” le traerá soledad y desdicha.   Que él ha carecido de atención de parte del género masculino y que ha confundido esa necesidad de atención con homosexualismo.


¿Por qué no aceptar que tu hijo, hermano, padre, primo, tío, amigo es homosexual?   ¿Porque te da vergüenza?  ¿Por el qué dirán?   ¿Porque no lo comprendes?  ¿Porque la iglesia dice?  ¿Porque la Biblia dice?  ¿Porque eso te enseñaron?


En 76 países (más probable que en 81) hay leyes anti-homosexuales.  Ninguno de esos 81 países son Latinos (puedes ver el artículo en inglés con el listado acá


Los países latinos donde se permite el matrimonio gay son:

1.       Argentina desde el 2010

2.       Uruguay desde el 2013



Y está reconocido en dos entidades Federales de México:



1.       México D.F. desde el 2010

2.       Quintana Roo desde el 2011


Los países latinos donde se aceptan la unión civil:

1.       Colombia

2.       Ecuador

3.       México (en algunas entidades federales)


Los países latinos donde la unión entre parejas homosexuales tiene validez legal:

1.       Brasil

2.       Colombia

3.       Ecuador

4.       Uruguay

5.       Y a nivel regional en la ciudad de México, Coahuila


(Para ver el listado de todos los países en el mundo que aceptan matrimonios y uniones civiles entre homosexuales has click acá)


En Perú ahora mismo hay un encendido debate  ya que un congresista que se declaró homosexual públicamente, presentó una propuesta de ley para la union civil entre personas del mismo sexo. 


El año pasado quedé horrorizada al leer la historia de una chica ecuatoriana que se declaró homosexual y su familia la internó en una “clínica de deshomosexualización” que ni sabía que existían en Latinoamérica.  En la clínica “la adotrinaban para convencerla  que su orientación sexual era una enfermedad, vivía en deplorables condiciones higiénicas y le daban comida podrida”.  Al buscar más sobre el tema encontré este artículo con historias terribles.


El sábado pasado salió la historia de Ender Manuel Martínez, migrante salvadoreño gay y activista de la comunidad LGBT contando la experiencia de horror que vivió en una Estación Migratoria de México.


Hace dos días leí los comentarios de odio, con frases biblícas, insultos, etc.  para la madre de Luana, de 6 años, la transexual más joven de Argentina.

Ser homosexual en Latinoamérica es duro.  Pero ¿Por qué tiene que ser así?


Yo no quiero cambiar la manera de pensar de nadie. Respeto las opiniones religiosas y conservadoras y las comprendo porque yo también crecí con ello.  En lo que no estoy de acuerdo es en el odio manifestado de tantas formas hacia los homosexuales.  Las torturas, los maltratos, los insultos, etc.  Eso no lo podemos permitir como sociedad.  Está bien, algunos no están de acuerdo con el homosexualismo pero eso no les da el derecho de maltratar al homosexual , discriminarlo, hacerle daño físico y psicológico.  


Repito lo que escribí el año pasado:


¿Y por qué los gays son discriminados, dejados a un lado, maltratados, despreciados, aborrecidos y odiados?   Por miedo. Porque la gente tiene miedo y quiere controlar lo que lo causa.  Se escudan en la religión y en las sagradas escrituras para ocultar su miedo.  Creen que con estar marginando, causando dolor y haciendo lo que la sociedad les dictamina que hagan, van a dejar de sentirlo.  Pretenden usar todas las armas a su alcance para destruir algo que no se puede destruir.  Algo que ha existido en toda la historia de la humanidad por los siglos de los siglos.  Y al hacer eso en lugar de destruir lo que tanto temen solo lo hacen más fuerte, más palpable, más tangible.  


Los tiempos están cambiando rápidamente,  para bien o para mal, pero están cambiando.  En estos tiempos modernos tenemos que recordar el segundo mandamiento más importante:  Tenemos que amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.  Tenemos que dejar a la gente que es diferente a lo que conocemos como “normal” tener una vida como cualquier otra persona.  Tenemos que darles una oportunidad.  No debemos de dejarnos vencer por el miedo infundado en lo que nos han dicho y enseñado pero que no hemos experimentado.


Para las personas a las que les gustan las estadísticas y los estudios científicos les dejo este artículo sobre 5 mitos sobre la homosexualidad derrumbados por la ciencia.


¿No eres homosexual y eres homofóbico?  Perfecto, te comprendo. Los puedes odiar pero no tienes ninguno derecho a maltratarlos. Déjalos vivir en paz.  Son seres humanos y tienen el derecho de ser felices.

2 comentarios:

  1. Yo lo que adverso es:
    1.- Que muchas veces a los niños los abusaron sexualmente y psicológicamente un familiar o un amigo cercano a la familia y cuando se descubre el caso, resulta que el acusado es el niño o la niña, el provocador es el niño o la niña !!!!!!! pasa el tiempo y los "autores intelectuales", pasaron desapercibidos, siguen engañando a otros menores y ya provocaron el mal y dejaron mala huella en sus victimas.... y que hacemos nosotros????, llamarlos raros, desadaptados sociales y sexuales !!!!!!
    2.- El exhibicionismo retador del o de la gay !!!!!!!! / mucho cuidado con los huecos solapados, son mas peligrosos que los declarados, allí hay otro problema.
    Ignorancia, falta de recursos, familias desintegradas, etc., etc.,.......................y despues: los lideres religiosos !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Saludos y felicitaciones !!!!!

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  2. Como siempre, tus comentarios hacen reflexionar, Silvia. Ojalá que muchos tuvieran el valor de cambiar de opinión como lo hiciste tú. Pero déjame decirte que si hay cambios. En mis escasos 63 años de vida he visto cómo las cosas han cambiado. Ahora hay más tolerancia. He tenido compañeros y aún tengo algunos, destacados profesionales, que no ocultaron nunca su homosexualidad. Al principio no se les respetaba, pero después pesaron más sus logros académicos que su situación sexual. Lograron imponerse a una sociedad machista, mojigata e hipócrita. Y aunque al principio yo también los discriminaba y me burlaba, terminé aceptándolos y logramos ser amigos respetando cada quien sus opciones de vida. Te felicito por tu gallardía (que ahora ya no solo se reconoce para los "caballeros").

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