Por ser mi nombre de dominio público por el
blog que escribo, he procurado ser cuidadosa en mi perfil de Facebook con las
personas que acepto como amigos. Eso es
porque en mi perfil pongo fotos y cosas personales que no quiero que sean del
dominio público. Tengo listados de
personas así que hay cosas que unas personas pueden ver y otras que no.
Pero aún con todas esas medidas de seguridad
tomadas, cometí un error hace poco que me hizo darme cuenta que uno no puede
descuidarse en las redes sociales porque siempre hay alguien al acecho y
pendiente de ver el punto débil de uno para lograr el objetivo de sacar
información, fotos o dinero.
Por ser soltera estoy inscrita en una página
para conseguir citas. Mi perfil de esta
página está con un apodo y conectado a un segundo correo electrónico que tengo. Normalmente cuando empiezo hablar con un
chico y me pide rápidamente el número de teléfono o el Facebook no lo
acepto. Hasta conocer bien al chico o
darme cuenta que realmente quiero una cita con él les doy más detalles de mi
persona.
Estaba hablando con un chico una semana antes
de irme de vacaciones. Simpático,
cariñoso, divertido. Fisicamente no era
la gran maravilla pero había algo de atractivo en él. Me dijo que se llamaba Wesley, que era
Americano de 42 años. Era Ingeniero Marino,
tenía su propia empresa que reparaba barcos y vivía en Nueva York pero acababa
de obtener un contrato de trabajo para reparar unos barcos en Grecia, así que
iba a vivir en Grecia por dos años. Era
divorciado y tenía una hija de 15 años.
Como yo andaba con mi cabeza pensando en las
vacaciones no vi nada de raro en las conversaciones que teníamos. El chico decía que estaba muy entusiasmado
conmigo, que hacía tiempo que nadie le entusiasmaba como yo. Cuando me faltaba un día para irme de
vacaciones le dije que ya no íbamos a hablar porque yo me iba y que no iba a
chequear nada de esa página en mis vacaciones.
El chico me dijo que no quería perder contacto conmigo, que quería saber
como yo estaba y que si le agregaba a mi Facebook. La verdad es que normalmente le hubiera
dicho que no pero como andaba con mis pensamientos en las vacaciones no vi
ningún problema en darle mi Facebook.
Eso si, le puse algunas restricciones como no poder ver mis datos
personales, amigos y algunas fotos.
Rápidamente chequée su Facebook para ver si
todo estaba bien. Tenía como 20 fotos de
él y de su hija y vi que las fotos fueron subidas en distintas fechas e
inclusive años mas otras fotos de paisajes, chistes, etc.. Habían comentarios y “me gusta” en casi todas las fotos. No podía ver a sus amigos, tan solo en los
comentarios, pero eso no me pareció extraño porque yo tampoco lo dejaba ver los
míos. Normalmente si un perfil es falso,
tiene una o dos fotos y casi no tiene comentarios. Así que no le puse demasiada cabeza y seguí
preparándome para mis vacaciones.
Me fui de vacaciones y Wesley me escribía y
decía que había visto mis fotos en el Facebook, que era hermosa y que quería
algo en serio conmigo. Me dijo que
quería pasar el resto de su vida conmigo.
Yo cuando leía estos mensajes me sorprendía pero no le ponía mucha atención porque estaba
de vacaciones. Nunca le contesté “yo
también te extraño” o “yo también quiero estar contigo”.
Recibí un correo electrónico a través del
Facebook de una mujer llamada María dos días después de empezar mis vacaciones. En ese correo la mujer me decía que era la
mejor amiga de Wesley, que me escribía para advertirme que no jugara con los
sentimientos de él. Que él estaba muy
entusiasmado conmigo y eso a ella le daba mucho miedo ya que Wesley había
sufrido mucho al divorciarse de su ex.
Me contó que Wesley encontró a su ex con uno de sus trabajadores en su
cama. Que el divorcio fue bastante
doloroso y que el trabajador de él se casó con la ex, le sacó dinero, y luego
se divorció de ella. Que pelearon la
custodia de la hija y Wesley la ganó. Me
dijo: “El ha sufrido mucho y lo único
que se merece es la felicidad”. Yo estaba
muy extrañada por este correo y lo primero que hice fue mandárselo a Wesley y
decirle que dejara de estarle dando mi nombre a sus amigos y que por favor le dijera a esa tipa que me dejara en
paz. Yo no le iba a contestar a la tal
María pero mi amiga a la que visitaba en vacaciones me dijo que le dijera que dejara
de estar enviando ese tipo de correos a posibles novias de Wesley, que yo
también había sufrido y no por eso tenía
a mis amigos advirtiéndole a la gente y que por favor me dejara en paz. Así lo hice.
Como estaba de vacaciones no le puse mucho pensamiento
a estas cosas extrañas alrededor de Wesley.
No le escribí por varios días hasta que regresé de vacaciones.
Cuando regresé todavía tenía un día libre para
estar en casa. Tenía muchas cosas
pendientes que tenía que arreglar. Ese
día hablamos bastante con Wesley.
Hablamos de su trabajo, que se había llevado a 20 trabajadores
americanos a trabajar a Grecia y entre todo me envió el contrato de trabajo en
el cuál se leía que era por 7 millones de euros. Yo creí que lo había enviado para enseñarme
lo rico que era y le dije: “A mi no me
importa el dinero sino que la persona”.
Se disculpó por ello. Me dijo
que estaba tan entusiasmado conmigo que quería venirme a visitar en dos
semanas. Yo como todavía estaba con mi
cabeza relajada en las vacaciones no veía nada raro en nuestra
conversación. Hasta que me empezó a
preguntar de mi vida personal. Me
preguntó que dónde trabajaba y yo le dije.
Mi empresa vende un producto específico que él me dijo que quería saber
el precio, que a lo mejor lo compraba para facilitarles el trabajo a sus
empleados. Luego me preguntó: “¿y cuánto ganas de salario?” Ahí si me sonaron las alarmas en la cabeza y
le contesté: “Lo suficiente para
vivir”. Y me dijo: “¿Pero cuánto es lo suficiente?” Le contesté:
“¿Para que quieres saber?” y me contestó: “Cuando seas mi esposa no quiero que trabajes
sino que te quiero dar el doble de lo que ganas ahora para que cuides a
nuestros hijos”. Me reí de la respuesta. Me dio mucha gracia tanta imaginación.
Pero… he de confesar que a mi edad si alguien
ofrece cuidarte, amarte, casarse, llevarte a vivir a la ciudad de Nueva York
(que ha sido un sueño dorado toda mi vida) entonces uno se lo piensa. Si al conocerlo en persona era atractivo y
conectábamos estaba abierta a probar. Confieso que sí pensé de que sería bonito
poder empezar una familia con este
hombre. ¿Porque no? no parecía que tenía
nada que perder.
Al siguiente día lo hablé con una amiga y me
dijo: “ten cuidado, suena extraño”. Yo le dije que lo más extraño era que yo me
lo estaba pensando. Me dijo: “¿Has probado chequear si su empresa realmente existe? Le dije que no y me dijo: “házlo”.
Así que gracias a mi amiga me puse a chequear
bien el contrato de trabajo que Wesley me había enviado. A simple vista se veía que era falso. Busqué la empresa de él y la que lo contrató en
Google y por supuesto no existían.
Entonces me puse a ver bien su Facebook pero le puse restricciones para
que no siguiera viendo el mío. Vi una a
una las fotos y la verdad que parecían auténticas. Pero luego me puse a ver bien los comentarios
y casi todos eran exaltándolo a él:
“gracias por haber ayudado a mi familia con una casa después del
huracán, eres un hombre generoso”, “gracias por emplear a mi hijo en su
empresa, usted es una excelente persona”, “usted merece una buena esposa que lo
quiera despues de todo lo que ha sufrido y por todo lo que ayuda a la
gente”. Luego empecé a ver a los amigos
que habían comentado y todos estaban en distintos lugares: Kuala Lumpur, Mozambique, Indonesia, Tailandia, etc.
Mientras yo hacía esta investigación, Wesley
estaba escribiéndome preguntando intensamente por el producto que mi empresa
vende. Que le urgía y que quería que se
lo mandara lo más pronto posible. A este punto yo ya sabía que él quería que le
enviara el producto con mi propio dinero.
Le di un precio falso solo para ver que hacía. Me dio su dirección y teléfono para que se lo
enviara. Le dije: “¿Cómo y solo así? ¿Y el dinero?” me contestó:
“El dinero te lo envío mientras tanto”
le contesté: “si no hay dinero no hay producto, así de sencillo”. Me dijo: “¿No crees en mí baby? Yo no te voy
a engañar” y le dije: “pues no confío en tí”. Se puso furioso y me dijo que si
lo quería ver en Skype a él y a sus 20 trabajadores, que él me iba a enseñar que
era real. Me envió una foto de su
identificación de Nueva York. Me
dijo: “envíame la tuya porque no confío
en tí tampoco” le dije que no le iba a enviar nada y que esperaba a que
apareciera con sus 20 trabajadores por Skype.
Unos diez minutos después me dijo que quería conectarse a Skype pero que
no lo podía hacer porque la conección en la plataforma donde él trabajaba no
servía.
Le dije: “Wesley, o como sea que te llames, ya
deja de mentir. Tu empresa no existe,
ese contrato es falso, tu perfil de Facebook es falso, tus amigos en Facebook
también y están por todos lados del mundo.
Ya estás al descubierto. No te
voy a enviar el producto que quieres con mi propio dinero”
Así que ya descubierto me bloqueó en el
Facebook antes de poder reportarlo aunque le pedí a algunos amigos que me
ayudaran a hacerlo. Lo reporté también
en la página de donde me contactó y también reporté a su mejor amiga María.
Pero me siento ciberneticamente engañada. Me siento casi violada ya que esta gente lo
que busca son mujeres solteras y solas a las que pueden engañar con palabras
bonitas. Le conté cosas de mi vida personal
y me siento vulnerable al saber que él no era real y que tiene esa información
mía. Odio que sepa mi verdadero nombre. A lo mejor se robó algunas de mis fotos
y talvéz hará un perfil falso con ellas.
Me enoja el haberle creído que era un hombre que sufrió mucho por la infidelidad de su mujer y que cuidaba a su hija.
Me pregunto quién será el verdadero dueño de esas fotos y quién será esa
chica de 15 años que tenía en su perfíl.
¿A cuántas mujeres no habrá engañado y sacado
dinero? ¿A cuántas más irá a engañar? Lo bueno
es que me di cuenta a tiempo de sus verdaderas intenciones. Y es que aunque uno se crea preparado para
estas cosas, con un pequeño descuido, cae.
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